Lo cierto es que los suizos en estos festejos se inclinan por la comida tradicional helvética, el exotismo de un platillo lejano, o por el más conocido en este país: el denominado Fondue chinoise.
Se trata de un platillo en el que no se requiere de mayores preparativos ni horas enteras en la cocina.
La carne, normalmente de ternera (y a veces combinada con pedacitos de carne de caballo) se puede comprar en los supermercados ya lista para poner en la mesa, o se la puede solicitar en las carnicerías.
Son trozos cortados cuando la carne está congelada, muy pequeños y finos, dejándolos como una hojita de papel no mayor a los 5 cm.

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